El vértigo es la sensación de ver las cosas que nos rodean girar alrededor nuestro, o nosotros girar alrededor de las cosas. Perdemos toda referencia que nos permita ubicarnos en el espacio y el riesgo de caída es real, incluso estando quietos. Puede ir acompañado de náuseas, y en ocasiones incluso de vómitos, sudores fríos y una enorme palidez del rostro.
Las personas que experimentan este vértigo por primera vez tienen a menudo una crisis de angustia y hasta de pánico. Esta sensación se debe al hecho de que los ojos realizan movimientos incontrolados, que en medicina se conocen como “nistagmos”, como consecuencia de un desorden procedente del vestíbulo, de los núcleos vestibulares o de otras zonas cerebrales, pero en cualquier caso relacionado con estos núcleos.
Las personas que experimentan este vértigo por primera vez tienen a menudo una crisis de angustia y hasta de pánico.
Los mareos, se manifiestan no por una rotación de la escena visual sino por la dificultad para andar o moverse en cualquier lugar, fuera casa y en menor medida dentro de casa o situaciones conocidas. Lo que debería resultar natural ya no lo es.
Así, estos trastornos exigen que el paciente preste una atención especial, exhaustiva y constante, para poder permanecer de pie sin vacilar demasiado. Caminar resulta dificil y a veces incluso imposible. Los trastornos pueden a menudo incrementarse como consecuencia de un estado de fatiga, por estrés, insomnio, o por la ingesta de algunos medicamentos.
La inestabilidad es la dificultad de mantener el centro de gravedad dentro de la base de sustentación del individuo.